Coctelería Japonesa, Tokio

En la nota anterior compartí generalidades de mi viaje a Japón, como todo primer viaje las ciudades más importantes son prioridad, Tokio, Osaka y Kioto fueron las elegidas.

A Tokio por supuesto se le dio prioridad, como dije anteriormente, uno trata de preparar el viaje lo más completo posible y de esta manera no perder tiempo y esta ciudad poseía la mayor cantidad de atractivos a visitar, pero cuando llegas al lugar te das cuenta que solo preparaste, con suerte, un 10% de tu viaje y te quedan miles de cosas por visitar.

Ahora a lo que nos importa, la primera ciudad visitada fue Tokio, impactante, arrasadora, maravillosa y así podría poner miles de adjetivos. He visitado muchísimas ciudades en el mundo pero está me impactó de sobremanera.

La gastronomía es el eje central y sobre todo la coctelería, lo primero que hace uno al llegar, y sobre todo después de 24 hs. de viaje, es comer algo y es aquí donde está el primer cambio de chip mental. Llegues a la hora que llegues a este país el Ramen siempre esta a la orden del día y por supuesto esa iba a ser nuestra primera comida acompañada de una cerveza bien helada, porque les comento que la visitamos en pleno verano y hacía mucho calor.

Llegamos a media tarde, el día estaba espectacular, literalmente tiramos las maletas en el hotel y nos dirigimos al famoso cruce de Shibuya a vivir es increíble experiencia, ciento de personas al mismo tiempo, una locura. La noche ya estaba acompañándonos y la comida al paso era nuestra aliada.

Cuando llegamos al hotel nos dimos cuentas que tenia un bar divino, Yoshida Bar Akasaka, prolijo, pulcro, cristalería impecable, variedad de bebidas, y una coctelería muy cuidada. Ya cerca de las 22 hs. y habiendo probado varias delicatessen al paso nos fuimos al bar a probar algo, mi elección fue un Gimlet, bien preparado y muy bien equilibrado, apure el trago ya que por el jet lag estaba haciendo de las suyas y lo quería aprovechar para poder visitar el famoso y nuevo Mercado de Toyosu a las 4 am.

Son las 3 am y efectivamente, el cambio de horario se hace sentir, nos levantamos y nos aventuramos hacia el gran mercado, nos perdimos un poco pero llegamos, por supuesto que nuestra primera parada fue para ver la mundialmente famosa subasta de atunes rojos. Una ves finalizada nos dedicamos a recorrer el mercado, simplemente IMPRESIONANTE, es majestuoso, lo recorrimos casi en su totalidad, mercado de frutas y verduras, mercado de carnes, debo admitir que jamás había visto algo de esta magnitud y para finalizar fuimos a desayunar, algo peculiar pero había que adaptarse para tener una verdadera experiencia japonesa. Luego de haber recorrido nos metimos en uno de sus pequeños restaurantes a probar todo lo que podamos. Muy amablemente nos invitan a sentarnos y nuestro pedido fue una degustación de ostras y uno de atunes rojos, por supuesto acompañado de un té verde. Sinceramente toda una experiencia que si o si hay que vivirla.

El viaje realizado no fue corto y abarcó vario países, en esta primera visita a este maravilloso país, y digo primera, porque fue una vuelta larga pero regresamos al final de nuestras vacaciones para que esta fuese nuestra ultima parada antes de regresar a nuestro país. Tokio en una primera visita fue abrumadora pero tendríamos tiempo para asimilar lo poco que vimos y volver a disfrutarlo.

La tercera parte estará dedicada a Osaka, salud!

 


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