Sangre de Toro…y algo más







En mi cumpleaños numero 31, mi novia me hizo un regalo alucinante, una botella de vino, pero no cualquiera, un vino español de la región de Castilla y León, un D.O. Toro (San Román, 2003), es un 100% de la variedad Tempranillo o sea Tinta de Toro llamada en esta región, la particularidad de estos vinos es que son de un color rojo sangre muy pero muy intenso, en cuanto a la nariz posee una alta concentración, con aromas complejos, y en boca tiene un gran peso, de taninos firmes y largo final, aptos para una guarda prolongada.
Luego de una temporada muy agitada en la ciudad de El Calafate, siempre bien agradecida, nada mejor que un buen final con cena de por medio con gente querida. Y por supuesto organice una cena con mi novia en primera fila y mi amigo Mariano, que por cierto ya estaba planeada pero por complicaciones de ambas partes no se concretaba.
El gran día llegó y nosotros ya estamos de vacaciones y listos para partir hacia la ciudad de Buenos Aires para seguir con nuestros estudios, pero antes debíamos saldar cuentas y degollar a un par de botellas. Para ellos mi amigo ya nos estaba esperando en un bar muy agradable con una botella de Champagne Gosset de Épernay enfriándose en un balde, para acompañar este vinos de tumultuosas y finas burbujas que daba una sensación de cremosidad, y decidimos pedir algunos quesos, pero como era de esperarse llegó tremenda picada con una variedad de increíbles fiambres, quesos, olivas y algunas cositas mas que la hacían increíble y colorida. Demás esta decir que el champagne Brut con una acides muy marcada donde en un principio recordaba claramente a una manzana verde y luego encontrabas frutos secos y ahumados característicos de este tipo de champagne, estaba en condiciones mas que favorables para su consumos y cabe aclarar lo espléndido que estaba.
Después de una pequeña discusión de donde íbamos a cenar o mejor dicho a tomar el vino, acordamos que el lugar iba ser un pequeño restaurante de comida gourmet. Al llegar al restaurante fuimos muy bien recibidos por la sommelier y donde aprovechamos el momento de presentaciones y risas para comentarle que no íbamos a comprar ningún vino pero si tomar y no solo una sino dos botellas para mi sorpresa, por supuesto que se invitaron copas de estos vinos. Después de deliberar de cual vino tomar primero y cual segundo, cual al decanter o los dos, nos enfocamos en analizar el menú.
En lo que mi respecta me gusta la comida contundente, casera, de muchos aromas y que sea restauradora, aunque no halla llegado recién de una guerra, eso no me importa definitivamente. Por eso elegí un ragóut de liebre, mi novia una ensalada de endivias, hongos, un queso Brie de cabra y tomates secos, algo interesante para mi y muy común para ella, lo acepto. Mi amigo en cambio fue a las pastas, y también de liebre, unos ravioles acompañado de una salsa de crema y distintos hongos, una verdadera bomba deliciosa.
Ya pasando a la apertura del primer y sorpresivo vino que se trataba de un Colomé Reserva 2004, este es un vino de corte, blend, Assemblage o como quieran llamarlo de un 70% de Malbec y un 30% de cabernet sauvignon, en un cata poco convencional analizamos que tenía un gran concentración de color rojo rubí con algunos destellos tejas, lo cual indica algo de evolución, en cuanto a su aroma muy intenso, de una complejidad elevada ya que se encontraban aromas primarios y terciarios y a medida que pasaban los minutos los aromas terciarios se hacían mas presente como la fruta negra cocida, pimiento rojo, vainilla, cacao, café, etc. y deduzco que tranquilamente puede estar guardado algún tiempo más.
A poco más de haber tomado media botella y un poquito para ser sincero nos llega la tan aclamada comida, la verdad un deleite para los sentidos, era un plato abundante, con muchos aromas y si de sabor contundente, porque la carne de liebre es de sabor salvaje y fuerte, con mucha personalidad, acompañado de verduras como zanahorias, arvejas, algo de papas y sin duda una salsa que estaba por demás de irresistible para cualquier carnívoro. Mi novia en verdad estaba disfrutando de su ensalada por demás de gigante y variados colores, Mariano esta fascinado con sus ravioles de libre, en verdad no se podía pedir más. Va en realidad “si” y hacia él íbamos, mi Tinta de Toro.
Ya habiendo terminado nuestra segunda botella de vino, mas flojos y tocando temas tales como comida orgánica o comida Veggie y que animales se pueden matar para comer, nos vamos perfilando a la tercer y ultima botella de vino.
Con la comida a la mitad y totalmente ansiosos, se acerca la sommelier y muy amablemente se ofrece a servirnos el vino y accedimos sin duda alguna. Tras una cata rápida por parte de Mariano y seguido de otro brindis no rendimos ante toda una expresión de potencia en nariz y en boca, un vino que en verdad superaba ampliamente al salteño que anteriormente habíamos disfrutado en cuanto su estructura.
Como las características que anteriormente fueron descriptas no por mí sino por una página Web española sobre este vino con denominación de origen, coincido totalmente, tanto en la vista con un color rojo intenso casi negro, bañado por reflejos algo mas claros, en nariz muy agresivo y complejo, donde predominaba la fruta negra madura, pimienta negra, vainilla, alguna notas terrosas que con el paso de los minutos se acentuaban mas y en boca un ataque potente, gran cuerpo y una astringencia que acompañaba en todo momento, la acidez muy marcada pero también formaba una gran sociedad con los 14,5° de alcohol, en medio de boca lo encontré muy franco con respecto a la nariz, mucha fruta negra como cassis y regaliz, pimiento verde, algo de humedad que recordaba a tierra negra, y un toque mentolado y por supuesto un final muy largo, definitivamente un vinos que puede dormir unos cuantos años más.
Fue una experiencia fuera de lo común. En cuanto a las características de cada vino, si bien son dos fuertes exponentes en cada país en cuanto a su estructura y potencia, estuvo bueno ver como se comportan con una comida de las ya mencionadas características, sin duda alguna existe una abismo de distancia entre cada vino, gracias a dios.
Y más allá de todo esto lo que importó es que se disfruto con gente muy querida, y se logró el maridaje perfecto.

Gracias Pame

Comentarios

  1. Gracias a vos mi amor, por compartir estos momentos maravillosos siempre juntos.
    Brindo por todo lo vivido y lo mejor,... que esta por venir.
    Pamela Grignolio

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  2. grande leo !! muy buena data que sigas bien y exitos

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